¿Cómo hacer salsa de cilantro y aguacate?

¿Buscas la mejor salsa de cilantro que hayas probado? Esta receta es la combinación perfecta entre frescura y cremosidad y ese toque ácido que despierta el apetito desde el primer bocado.

No es una salsa más: es la versión original que sienta las bases para todas las variaciones modernas que conoces.

Su textura suave y su color verde brillante la convierten en un acompañamiento irresistible para tacos, carnes, pescados y prácticamente cualquier antojo salado.

El secreto está en el equilibrio: el aguacate aporta cuerpo, el limón acidez refrescante, y el cilantro un aroma que transforma cualquier plato en algo especial.

índice

Receta clásica de la salsa de cilantro

Estos son los ingredientes básicos para preparar la versión clásica de la salsa de cilantro, tal como se hace en casa, con amor y sin complicaciones.

  • 1 manojo grande de cilantro fresco, bien lavado y sin raíces.
  • 1 aguacate mediano maduro, sin zonas oscuras.
  • ½ taza de agua o leche (según la textura deseada).
  • 1 diente de ajo pelado.
  • ¼ de cebolla blanca.
  • Jugo de 1 limón o 2 cucharadas de vinagre blanco.
  • 2 cucharadas de aceite vegetal o de oliva suave.
  • Sal y pimienta al gusto.
  • (Opcional) 1 chile serrano o jalapeño para un toque de picor leve.

Procedimiento

1) Prepara los ingredientes: Lava y desinfecta el cilantro. Retira las raíces y las hojas marchitas. Pela el aguacate, el ajo y la cebolla.

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2) Crea la base líquida: En la licuadora coloca primero el ajo, la cebolla, el chile (si lo usas), el jugo de limón, el aceite y una parte del agua o leche. Licúa hasta lograr una mezcla homogénea.

3) Agrega el aguacate y el cilantro: Incorpóralos poco a poco, licuando por lapsos cortos para evitar calentar la mezcla y perder color.

4) Ajusta textura y sabor: Si está muy espesa, añade un chorrito de agua. Prueba y corrige con más sal o limón hasta lograr un equilibrio perfecto entre frescura y cremosidad.

5) Reposa y sirve: Guárdala en refrigeración por unos 30 minutos antes de servir. Esto permite que los sabores se integren y la textura se asiente.

Obtendrás una salsa verde, brillante y con aroma fresco, lista para realzar cualquier platillo.

Es la base ideal para experimentar y personalizar a tu gusto.

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Cómo darle un “punch” extra a tu salsa de cilantro

Una buena salsa de cilantro puede ser deliciosa, pero una salsa con personalidad se roba el show en la mesa.

Si ya dominas la receta original, ahora es momento de explorar versiones nuevas que le den ese “punch” especial según tu gusto o el platillo que acompañes.

Estas tres variantes te permiten ajustar acidez, textura y picor sin perder la esencia verde y cremosa de la salsa clásica.

Versión “guasacaca” cremosa

Inspirada en la cocina venezolana, esta versión es más líquida, ácida y brillante.

Perfecta para carnes asadas o parrilladas, combina el frescor del cilantro con la potencia del vinagre.

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  • 1 aguacate mediano
  • 1 cebolla grande
  • 1 pimentón verde
  • 6 dientes de ajo
  • 1 manojo de cilantro
  • 200 g de ajo porro (puedes sustituir por cebollín)
  • 300 g de apio España
  • Vinagre blanco y aceite al gusto
  • Sal y pimienta al final

Procedimiento:

Licúa primero cebolla, ajo y pimentón con aceite y vinagre hasta emulsionar ligeramente.

Agrega el aguacate y licúa brevemente.

Después añade el cilantro, el ajo porro y el apio en tandas.

Si la mezcla espesa demasiado, agrega un poco de agua.

Ajusta con sal y pimienta negra recién molida.

El resultado es una salsa cremosa, ácida y profundamente aromática, ideal para acompañar carnes a la parrilla o chorizos.

Versión mexicana picosita y muy cremosa

Esta versión lleva más aguacate, más chile y un punto de acidez que equilibra todo.

Perfecta para tacos, flautas, pollo o simplemente como dip con totopos.

  • 3 aguacates maduros
  • 3 chiles serranos (ajusta el picor a tu gusto)
  • ¼ de cebolla blanca
  • 1 manojo de cilantro fresco
  • Jugo de ½ limón (y guarda la otra mitad para ajustar al final)
  • 50% agua y 50% leche para la textura perfecta
  • Sal, ajo en polvo y pimienta al gusto

Procedimiento:

Licúa todos los ingredientes en lapsos cortos para mantener la textura cremosa.

Si prefieres evitar lácteos, sustituye la leche por agua.

El resultado debe ser espeso, untuoso y con un picor alegre que no opaque el sabor del aguacate.

Versión verde cocida con final fresco

Si prefieres una salsa de notas suaves y menos picante, esta versión cocida te encantará.

El secreto está en cocinar una parte y terminarla con ingredientes frescos.

  • ½ kg de tomatillo verde
  • 6 chiles serranos
  • 1 diente de ajo
  • ½ cebolla
  • 1 aguacate mediano
  • 1 manojo de cilantro picado
  • Sal y jugo de limón al gusto

Procedimiento:

Cuece el tomatillo y los chiles por unos 5 minutos en agua con sal.

Escurre una parte del líquido si quieres más espesor.

Licúa con el ajo, la cebolla y una pizca de sal hasta obtener una base tersa.

Luego mezcla fuera de la licuadora con el cilantro y el aguacate troceado.

El resultado: una salsa brillante, con sabor suave y un final fresco que enamora.

Unas gotas extra de limón o vinagre pueden transformar una salsa buena en una salsa espectacular.

¿Cómo conservarla y mantener su color verde brillante?

Una salsa tan deliciosa merece durar más días sin perder su magia.

El truco está en cuidarla como si fuera un tesoro verde: protegerla del aire, del calor y del exceso de humedad.

Con los cuidados correctos, tu salsa de cilantro y aguacate puede mantenerse fresca, cremosa y vibrante hasta por 10 o 15 días.

Trucos de conservación casera

  • Usa un frasco esterilizado y frío: hierve el recipiente unos minutos y deja que seque completamente antes de llenarlo.
  • Cubre la superficie con aceite: una capa muy fina evita el contacto con el aire y retrasa la oxidación.
  • Evita utensilios húmedos: cada vez que saques salsa, usa una cuchara seca y limpia.
  • Guarda porciones pequeñas: así solo abres lo necesario y el resto se mantiene intacto.

¿Cómo mantener su color verde intenso?

El color verde es una promesa de frescura, pero también el primer detalle que se arruina si no se manipula bien.

  • Ácido desde el inicio: añade el jugo de limón o vinagre durante el licuado, no al final. Esto crea una barrera natural contra la oxidación.
  • Evita el calor: licúa por lapsos cortos o incluso con un cubito de hielo para mantener la temperatura baja.
  • Frasco lleno, sin aire: mientras menos oxígeno haya dentro, más tiempo conservará su tono brillante.
  • Refrigeración inmediata: guárdala al instante después de prepararla y evita dejarla a temperatura ambiente.
  • Usa semillas de aguacate: aunque no hacen milagros, ayudan como barrera parcial contra el aire.

Si sigues estos pasos, tu salsa no solo mantendrá su color, sino también su textura cremosa y sabor fresco durante varios días.

Estos son los acompañamientos perfectos para tu salsa de cilantro

Una buena salsa de cilantro no tiene límites: combina con casi todo.

Su frescura realza los sabores y aporta un toque artesanal a cualquier comida.

  • Con tacos crujientes: su textura cremosa envuelve el relleno sin empaparlo, creando un contraste perfecto.
  • Con carne asada: el ácido del limón y el brillo del aceite equilibran la grasa de los cortes más jugosos.
  • Con pollo a la plancha: aporta humedad y frescura sin opacar los sabores principales.
  • Con chicharrones: el contraste entre lo crujiente y lo cremoso es irresistible.
  • Con pescado o mariscos: usa menos ajo y más cítrico para resaltar la frescura del plato.
  • Como dip o aderezo: acompáñala con totopos, bastones de verdura o úsala en ensaladas frescas.

Esta salsa se adapta a cualquier ocasión, desde una carne asada con amigos hasta una cena elegante.

El secreto está en servirla fría, brillante y cremosa, con una textura que caiga en cinta, como una caricia verde sobre el plato.

Ahora que conoces cómo prepararla, conservarla y combinarla, ya tienes la mejor receta de salsa de cilantro que podrás compartir una y otra vez.

Porque más que una salsa, es un pedacito de frescura hecho en casa.

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Fabiola Valdez

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