¿Por qué mi novio nunca se disculpa cuando se equivoca?

¿Por qué cada vez que discuten, él actúa como si nada hubiera pasado? ¿Te has preguntado por qué nunca reconoce que se equivocó, aunque sea evidente?

Es como cuando llega tarde, inventa una excusa, y termina haciéndote sentir mal a ti por “reclamar de más”. O cuando dice algo hiriente, se enoja contigo por “exagerar” y ni una disculpa… parece que pedir perdón le cuesta más que levantar pesas.

A veces es como hablarle a una pared. Y sí, dicen que “el que calla, otorga”, pero aquí él calla... y además se hace el ofendido. Entonces, ¿es orgullo? ¿Inmadurez? ¿Falta de interés? O peor: ¿eso dice algo de cómo ve la relación?

No estás sola si lo has sentido injusto, y sí, hay razones más profundas de fondo. No te despegues, aquí viene lo mejor.

¿Qué tan común es que un hombre evite pedir perdón en pareja?

Es más común de lo que parece. Muchos hombres han crecido con la idea de que pedir perdón es mostrar debilidad. A veces no es que no se den cuenta de su error, sino que no saben cómo manejar el hecho de reconocerlo. Por eso, evitan enfrentarlo y actúan como si no hubiera pasado nada, repitiendo ese patrón una y otra vez.

¿En qué momento exacto debería haberse disculpado y no lo hizo?

• Cuando te gritó frente a alguien más: fue una situación humillante que necesitaba una disculpa inmediata. No hacerlo deja heridas que se acumulan.
• Cuando minimizó algo que sabías que te molestaba: desestimar tus emociones es invalidarte. El silencio o la burla en lugar de disculparse lo empeoran todo.
• Cuando te dejó esperando sin avisar: mostrar desinterés por tu tiempo refleja una falta de respeto. No reconocerlo alimenta la idea de que tus sentimientos no importan.
• Cuando usó tus inseguridades como argumento en una pelea: eso cruza una línea muy delicada. Una disculpa era lo mínimo, pero ni eso llegó.
• Cuando decidió algo por ti sin consultarte: te hizo sentir invisible, y ni siquiera se tomó el tiempo para reconocerlo. Eso habla mucho de su forma de relacionarse.

¿Cómo justificaría él el no haberlo hecho?

Probablemente diría que “no fue para tanto” o que tú también lo hiciste en otras ocasiones. Justificarse puede ser su mecanismo para no enfrentar la culpa. Tal vez ni siquiera ve el problema o lo minimiza para evitar sentirse vulnerable. En lugar de asumir su responsabilidad, busca excusas que lo hagan sentir en control.

¿Qué pasa cuando lo enfrento y le pido una disculpa directa?

En muchos casos, se pone a la defensiva o te da la vuelta al reclamo. Puede decir que “siempre haces drama” o que “nunca estás conforme”. No es raro que, al pedirle una disculpa, termine haciéndote sentir culpable a ti por pedirla. Así, el conflicto se convierte en un círculo vicioso donde tú quedas como la conflictiva.

¿Qué puede estar ocultando al no pedir perdón?

No siempre es maldad, pero puede esconder miedo, inseguridad, orgullo o incluso culpa. No pedir perdón también puede ser una forma de controlar la narrativa de la relación. Si él nunca se equivoca, entonces tú eres la que “siempre exagera”. Eso le da una posición de poder que tal vez ni siquiera nota, pero que claramente desequilibra la relación.

¿Y si no sabe cómo pedir perdón sin quedar como el malo?

Algunas personas ven el perdón como una rendición total. Si él no ha aprendido que pedir perdón no significa perder, sino reconocer y reparar, seguirá evitándolo. Tal vez tiene miedo de que lo juzgues o de que eso lo deje “expuesto”, así que prefiere esquivar el tema antes que aceptar su error.

¿Es normal que siempre me haga dudar de lo que pasó?

Eso tiene un nombre: gaslighting. No siempre es intencional, pero sí es una forma de manipulación emocional. Si constantemente te hace cuestionar tus recuerdos o sentimientos, es una señal de alerta. Una relación sana no debería hacerte sentir confundida ni culpable por cosas que sabes que pasaron.

¿Cuánto tiempo más va a seguir así?

La verdad es que este tipo de comportamientos no cambian si la persona no está dispuesta a ver su error. Puedes esperar semanas, meses o años, pero si él no ve un problema en lo que hace, no habrá transformación. Todo depende de si está dispuesto a crecer emocionalmente o no.

¿Qué hacer si ya me harté de justificarlo?

Lo primero es dejar de buscar excusas para lo que no tiene justificación. Reconocer que mereces una relación donde haya respeto, empatía y responsabilidad emocional. Si ya hablaste, si ya intentaste dialogar y nada cambia, es momento de pensar en ti. No se trata de rendirse, sino de cuidarte.

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