Límites personales: Cómo establecerlos y 8 ejemplos que deberías usar
Los límites personales son útiles y necesarios en cualquier vida.
Sin límites personales, cualquier persona podría hacer contigo lo que quiera y vivirías una vida a merced de otras personas.
Eso no es lo que quiero, y sé que no es lo que quieres, así que hoy te voy a enseñar como crear límites personales para que los demás sepan que deben y que nunca deben hacer contigo. Y sin perder ni un amigo en el proceso, ¿Te interesa?
¿Para qué sirven los límites personales?
Existen 3 diferentes tipos de límites personales, cada uno cumple una función diferente.
Límites rigidos
Este tipo de límite surge cuando una persona busca que se respeten sus límites sin importar cuando o por quién.
Las personas que aplican los límites rígidos, suelen estar a la defensiva y decir frases como "¿Por qué le dijiste?" o "¡Yo te conté a ti!"
Este tipo de personas tienen una actitud defensiva constantemente, guardan secretos a sus amigos, pareja y hasta a su familia.
No es un tipo de límite personal sano, ya que la persona que aplica los límites rígidos es reservado, prefiere conservar sus problemas para si mismo y esta soledad auto impuestos puede traer consigo problemas emocionales.
Límites porosos
Este tipo de límite es usado por personas con falta de autoestima, pues se dicen a si mismos que "tienen límites" sin embargo estos casi siempre cambian por las situaciones que se van viviendo.
Las personas que usan este tipo de límite personal son fácilmente manipulables emocionalmente, tienden a no respetarse a si mismos y suelen apropiarse de los problemas de los demás por su incapacidad para decir "No" incluso a desconocidos.
Límites saludables
Este tipo de límites personales son la combinación perfecta de los límites rígidos y porosos, porque los usan personas que tienen muy claro lo que no están dispuestos a aceptar.
Sin embargo, son flexibles y amables con los demás, no buscan dañar la sensibilidad de nadie ni dañan su propia sensibilidad. Saben perfectamente lo que quieren y necesitan y lo respetan, pero también respetan a los demás.
Comparten su información abiertamente, pero nunca comparten información sensible que podría perjudicarlos de alguna forma, digamos que tienen un equilibrio al momento de relacionarse, para saber cuándo y cómo compartir qué información o no.
¿Cómo establecer mis límites personales?
Si la idea de los límites personales saludables que te comenté te agradó, vamos a ver qué puedes hacer para crear tus propios límites personales sin ser demasiado rígido, pero tampoco llegar a ser poroso.
En el trabajo
Primero que nada, aprendiendo a decir que no.
No tienes que hacer lo que tus compañeros de trabajo te pidan, no tienes que aceptar el 100% de lo que te encomiendan, si algo no te parece, responde que no.
Con esto último también se relaciona el siguiente punto: Sé claro y mantén una buena comunicación.
Si algo no te parece, dilo. Así de simple.
Con mis amigos
Es muy fácil que con los amigos se rompan los límites personales, por eso te recomiendo:
- No hagas nada que no quieras que te hagan.
- Cuando alguien se propase contigo y haga algo que no te gusta, dilo de inmediato.
- Respeta los límites de los demás.
- Si alguien intenta presionarte a hacer algo que no deseas, vete de ahí.
Dejarles bien claro a los demás que tienes límites, hará que te respeten más. Y sin duda, alejará a todas aquellas amistades que no están dispuestos a respetarte.
Crear límites personales con mi pareja
Para evitar que la relación caiga en algo que no quieres, faltas de respeto constante y problemas con los límites, te recomiendo que crees una palabra de seguridad.
Algo así como: Arroz.
Cada que alguno de los dos sienta que el otro está pasando un límite, debe decir "Arroz"
Esta técnica es muy buena, especialmente en parejas que no se dan cuenta cuando están invadiendo los límites de su pareja.
8 Ejemplos de límites personales muy sanos que deberías tener y cómo hacerlos
Ahora vamos a ver varios ejemplos de cómo aplicar los límites personales a tu vida.
Conversaciones que NO quiero tener
Cuando alguien diga algo que no quieres escuchar, hazlo saber diciendo: Disculpa, la verdad es que no me interesa ese tema de conversación.
La vida es demasiado corta como para andar con rodeos.
Cosas que NO me corresponden hacer
Si alguien te pide que hagas algo que no te corresponde hacer, déjaselo en claro: No lo voy a hacer, por que eso no me corresponde.
Más claro imposible.
Decir que NO a cosas que NO quiero hacer
Tus gustos y opinión también importan, si no quieres hacer algo, no lo hagas.
La mayoría de personas tiene miedo por el "¿qué pasará después?"
Déjale ese problema a tu yo del futuro, de momento, si no quieres hacerlo, no lo hagas.
Mi tiempo es solo mío
Existen personas que monopolizan conversaciones, a tal grado de dejarte sin poder expresar tus ideas y quedarte solo escuchando las suyas.
Si notas que una persona ya habló demasiado, no dudes en irte.
Límites que mi jefe no debe pasar laboralmente
La ley es clara respecto a los límites laborales, hay cosas que tu jefe no puede pedirte y tienes que hacérselo saber.
Para esto, investiga en la ley qué te corresponde hacer y que no. O analiza qué te dijeron cuando te contrataron. Ahí está tu respuesta.
Límites de mi espacio personal
Hay personas que se acercan demasiado a ti, te tocan el hombro o te rozan sin necesidad de hacerlo.
Esto no es normal, hazlo saber cuando pase y defiéndete si continúa pasando.
NO te quiero prestar dinero
Decir que NO, es un problema para ciertas personas.
Pero mayor es el problema que viene de decir Sí.
Incluido prestar dinero.
Así que simplemente dilo de forma clara: No quiero prestarte.
Si te preguntan, ¿por qué no quieres?
Dilo fuerte y claro: Eso no te interesa.
Sé lindo y amable, para no herir ningún sentimiento.
Establecer límites con mi familia
La familia, personalmente creo que son las personas que más faltan a los límites personales.
Ya que llevan contigo toda tu vida y tienen una sensación de familiaridad que les hace conocer tus límites y jugar con ellos.
Por ejemplo, si ven que no te defiendes en algún momento, saben hasta que punto pueden llegar contigo, y se aprovechan.
Claro que no todos ni todas las familias son así, pero los hay.
¿Qué hacer? En este caso, lo mejor es demostrar de lo que eres capaz.
Comienza a trabajar, múdate a vivir solo/a y luego muéstrales que ya no eres un niño/a.
Desafortunadamente mientras sigas viviendo en casa de tus padres, ellos decidirán cuáles son los límites que estén dispuestos a aceptar.
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